miércoles, 23 de junio de 2010

Las diez mentiras mediáticas de Israel

Michel Collon, Escritor y periodista
Especial de Tribuna Popular

Entrevista a Michel Collon, escritor y periodista. Animador del sitio web http://www.michelcollon.info, Responde a los grandes mitos que sirven para justificar a Israel y su política.


Michel Collon acaba de publicar el libro “Israel, hablemos de ello” donde se recogen 20 entrevistas a Chomsky, Ramadan, Gresh, Sand, Pappe y todos los mejores analistas del conflicto.

Preparando el libro “Israel, hablemos de ello”, preguntamos a las gente en Bruselas, al azar, ¿Qué sabía de Israel y de su historia? La respuesta era catastrófica. Había una gran ignorancia del público y yo creo que esa ignorancia no se debe al azar. Hace más de 60 años que los medios de comunicación europeos, que se dicen los “mejores del mundo”, “que informan al pueblo” y, sin embargo, el público no sabe lo esencial. Yo creo que se debe a una operación de propaganda israelí, realizada con ayuda de los grandes medios y yo lo he resumido en las diez grandes mentiras mediáticas que justifican a Israel.

La primera gran mentira mediática es que se dice que Israel fue creada en reacción al genocidio de los judíos en 1940-1945. Esto es totalmente falso. En realidad, este es un proyecto colonial que estaba ya previsto. Es en el Congreso de 1897, cuando el movimiento nacionalista judío decide colonizar Palestina. En ese momento el colonialismo estaba en auge. Ellos piden ayuda a las potencias coloniales, porque se dan cuenta que necesitan una protección. Primero al Imperio Turco, pero no muestran interés. Luego al Imperio Británico que sí estaba muy interesado en tener colonos instalados en medio del mundo árabe, entre la parte Este y Oeste, que quería debilitar al pujante Egipto y quería controlar el Canal de Suez, el camino hacia la India que tiene muchas riquezas. Después Estados Unidos tomará el relevo por la cuestión del petróleo.

Por tanto, la creación de Israel no es algo de 1940-1945, sino más bien fruto de un proyecto colonial. Hay que recordar que en esa época las potencias coloniales se reparten África como un pastel, en la Conferencia de Berlín de 1885 se la reparten entre Inglaterra, Francia, Bélgica, Portugal, España y Alemania, allí no es invitado ningún africano. Se trata, pues, de una época colonial e Israel es un proyecto colonial. Así es.


Los judíos regresan a la tierra que les fue arrebatada por el Imperio Romano en los años 70 d.C. Esto es un mito absoluto, porque yo he entrevistado en el libro al historiador Schlomo Sand y él ha hablado con arqueólogos e historiadores de Israel y todos ellos dicen que no hubo éxodo ni retorno; en conjunto la población se quedó allí, el grueso de la población se quedó allí, pero no hubo éxodo, el grueso de la población se quedó allí.

Esto tiene dos consecuencias: la primera es que, en el fondo, los descendientes de esos judíos que vivieron en la época de Jesucristo, son los palestinos que viven ahí hoy y, la segunda, es que si no hubo gente que marchó, ¿quiénes son entonces esos que dicen que retornan? En realidad, son los convertidos: europeos del Este y del Oeste, magrebíes… Son los que se han convertido al judaísmo en distintos momentos y por diferentes razones, pero no el pueblo judío. Y como dice Sand el pueblo judío no existe como tal, pues no hay una misma historia, ni una misma cultura, ni una misma lengua. Sólo comparten una misma religión, pero la religión no es un pueblo; no se habla de pueblo cristiano o musulmán, así que tampoco de pueblo judío.

El tercer gran mito: es que no es tan grave que hayan colonizado esa tierra porque aquello era un desierto y estaba vacío. Eso es también una absoluta mentira. Los testigos de la época, de finales del siglo XIX, dicen que Palestina era un océano de trigo, había cultivos, exportaciones, por ejemplo, a Francia. Producción de jabón, de aceite, de las famosas naranjas. Y cuando los colonos británicos y después los judíos vienen a instalarse a Palestina a partir de 1920, los campesinos palestinos se niegan a darles sus tierras y hay revueltas, huelgas generales, manifestaciones con numerosos muertos. Hasta una guerrilla palestina. Lo que ha destruido todo esto ha sido la enorme represión que ha ejercido el ocupante británico, primero, y sionista después.

Otra cosa que se dice es que sí había palestinos, pero se fueron ellos mismos. Eso también es falso. Yo mismo lo he creído hace mucho tiempo y todo el mundo lo ha creído. Ha sido la gran versión oficial de Israel. Hasta que nuevos historiadores israelíes, como Illan Pappe o Benny Morris que están en el libro, dicen: “No, los palestinos han sido expulsados por la violencia, por el terror, por una operación sistemática para expulsarlos del país y para vaciar la tierra de su habitantes”. Por tanto, se trata de un mito absoluto. Esta es la parte histórica de Israel, todo lo que nos ocultan, pero que es importante comprender.

Si nos referimos al tiempo actual, se dice que de todos modos Israel es la única democracia del Oriente Próximo y que vale la pena defenderla, que es un estado de derecho. En primer lugar, Israel no es un estado de derecho, pues es el único país cuya Constitución no fija los límites de su territorio. En todos los países del mundo la Constitución establece dónde comienza el estado y dónde termina. Israel no, porque es precisamente un proyecto de expansión que no tiene límites. Además es una Constitución totalmente racista que dice que Israel es el estado de los judíos, así que los otros son ciudadanos de segunda categoría y eso es una negación de la democracia constitucionalmente. Y yo quisiera decir que Israel es el colonialismo, es el robo de la tierra, es la limpieza étnica de una población; eso no puede ser considerado una democracia.

Habrá quien diga que hay un parlamento, hay medios de comunicación, hay profesores y universitarios que critican. Eso es cierto, pero dado que es un estado que se basa en el robo de la tierra, eso quiere decir que es una democracia entre los ladrones para saber cómo van a continuar robando. Eso no es una democracia, eso es colonialismo y dictadura.

Nos dicen que EE.UU., el país que protege a Israel y que le da más de tres billones de dólares cada año para ayudar a los israelíes a atacar a sus vecinos, dicen que EE.UU. lo que quiere es proteger la democracia en Oriente Próximo. Bien, si EE.UU. defendiera la democracia no habría puesto y protegido las dictaduras de Arabia Saudí, Kuwait o Egipto. Estados Unidos ha instalado todo eso. Y lo que quieren EE.UU. e Israel es el petróleo. Para nada quieren democracia. En realidad, juegan el papel de guardia del petróleo. Esto lo explican muy bien en el libro Chomsky, Samir Amin y otros. EE.UU. lo que quiere es controlar el petróleo en Oriente Próximo y quisiera destruir cualquier país que se oponga y se resista a dar su petróleo por nada. Lo hemos visto en la guerra de Iraq y en otras agresiones.

Pero EE.UU. no puede atacar él solo a todos los países del Oriente Próximo, por eso necesita el papel de gendarme de Israel. Chomsky lo llama el “policía del barrio”. Hace tiempo, EE.UU. tenía este gendarme en el sha de Irán, una dictadura espantosa que se había impuesto quitando en 1953 al que era primer ministro democráticamente elegido, Mosadeq, pero EE.UU. ha perdido a Irán y sólo le queda Israel. Por eso protege a Israel, aunque viole la legislación internacional, aunque viole las convenciones de las Naciones Unidas (ONU). Es claramente una guerra económica lo que está haciendo allí EE.UU.

Europa quiere hacer ver que es más neutra, que está por un proceso de diálogo que busque la paz entre israelíes y palestinos. Esto es falso. Europa ha declarado hace poco a Israel que es el 28 estado de la Unión Europea. La industria europea del armamento es la que financia y colabora con la industria israelí del armamento. Hay gente en Francia como Legardère o Dassault, que son muy cercanos a Sarkozy y que colaboran con la industria israelí del armamento. Además, cuando los palestinos eligieron a su gobierno, la Unión Europea se negó a reconocerlo y dio así alas a Israel para que bombardeara Gaza. Por tanto, cuando Netanyahu, Barak, Olmer y demás bombardean a los palestinos, son Sarkozy, Merkel y los gobiernos europeos quienes bombardean. ¡Se debe saber todo eso!

Cuando cuentas la verdadera historia de Israel, cuando muestras los intereses escandalosos de los gobiernos de EE.UU. y europeos, intentan cerrarte la boca acusándote de que eres antisemita o racista antijudío. Hay que dejar una cosa clara, cuando criticamos al gobierno de Israel lo que hacemos es criticar al gobierno que niega la igualdad entre los seres humanos, entre los judíos y los musulmanes. Nosotros queremos, al contrario, que sea posible un futuro, una paz, un entendimiento entre los judíos, los musulmanes, los cristianos y los laicos en Oriente Próximo y por eso hay que parar al gobierno de Israel en este crimen, porque eso no hace más que generar odio y ésa es una estrategia.

Los medios responden que los palestinos son violentos, terroristas, etc. Yo quiero decir una cosa, la verdadera violencia es el colonialismo, el ejército de ocupación israelí que ha robado a los palestinos sus tierras y sus casas desde 60 años, es el ejército israelí quien impide a los palestinos tener una vida normal. Ahí están los retenes para ir se su casa al trabajo, donde tienen que esperar horas o todo el día. Hay mujeres embarazadas que han muerto porque los soldados le han impedido arbitrariamente pasar en retenes. Por tanto la violencia es la ocupación. Y quiero decir una cosa: en sus textos fundamentales, la ONU reconoce el derecho de todo pueblo colonizado, de todo pueblo ocupado a resistir por todos los medios que juzgue conveniente. La resistencia es legítima y la violencia es la ocupación.

El problema que mucha gente se plantea es frente a tanto odio como provocan voluntariamente Israel y los que lo apoyan, la gente piensa que es un conflicto que va a durar siempre, que no hay solución, que hay demasiado odio… etc. Hay que saber que la solución existe, porque las grandes organizaciones palestinas han propuesto desde los años 60 soluciones democráticas y muy simples: un solo estado y sin discriminación, donde haya igualdad de derechos entre los judíos, los musulmanes, los cristianos y los laicos. Es la propia definición de la democracia: un hombre, una mujer, un voto. Israel siempre se ha negado a negociar esta solución. ¿Qué es lo que ha hecho? Ha encarcelado o asesinado, no sólo a los dirigentes de Hamás, sino también a los de Al Fatah, FPLP, FDPL.

Por tanto, Israel rechaza negociar, rechaza una solución que es clara y hay que preguntarse "¿por qué?".

La única razón es el interés de EE.UU. y de Israel por el petróleo, así que es una guerra económica por el petróleo, por las multinacionales y la única cosa que puede parar eso es la presión de todo el mundo, de los ciudadanos de Europa, América Latina, África, Oriente Próximo, etc., la presión sobre los dirigentes políticos que son cómplices de Israel; la presión sobre los medios que no dicen la verdad. Y hacerlo a través de internet con iniciativas como las que lanzamos de información de Palestina; que cada uno elabore la información y restablezca la verdad, que desenmascare las mentiras mediáticas que lo justifican, y si aplicamos esa idea: “somos todos periodistas”, entonces creo que habrá realmente una posibilidad de negociar para restablecer la paz en el Oriente Próximo.