Por Carlos Noriega
Desde Lima
La emboscada el último jueves a dos patrullas militares, que dejó 14 soldados muertos y cuatro heridos, ha levantado serios cuestionamientos a la estrategia gubernamental para enfrentar al narcotráfico y a las últimas columnas que quedan del grupo armado maoísta Sendero Luminoso, que actúan juntos en las zonas productoras de coca. Este ha sido el mayor ataque de Sendero Luminoso en los últimos seis meses. En octubre del año pasado, una emboscada senderista en la misma zona del ataque del Jueves Santo dejó 13 militares y dos civiles muertos. Este último ataque se produjo en medio de las repercusiones por la condena a 25 años de prisión al ex dictador Alberto Fujimori (1990-2000) por la guerra sucia que llevó a cabo en contra de la subversión armada, y los partidarios de Fujimori han intentado aprovechar este hecho para resaltar una supuesta debilidad frente a la subversión armada y defender la política de “mano dura” de Fujimori.
El ataque contra las patrullas militares se produjo en la región de Ayacucho, en el valle de los ríos Apurímac y Ene, zona conocida como el Vrae, ubicada unos 320 kilómetros al sudeste de Lima. Esta es una zona empobrecida y aislada del resto del país, donde la economía gira alrededor de la producción de la hoja de coca. Con más de 15 mil hectáreas de coca sembradas, el Vrae es un abastecedor clave de las mafias del narcotráfico que elaboran cocaína. En este valle cocalero, Sendero Luminoso, derrotado en el resto del país, se ha hecho fuerte y, en alianza con el narcotráfico, controla el lugar.
El Vrae, una zona montañosa agreste y de tupida vegetación, que está ubicada entre los Andes y la selva amazónica, se ha convertido en el último reducto de Sendero Luminoso. En los años 80, Sendero inició una lucha armada desde Ayacucho, región donde se localiza el Vrae, que llevó al país a su etapa de mayor violencia en su historia, en la que el terrorismo y la guerra sucia del Estado dejaron unos 70 mil muertos. Derrotado luego de la captura de su mesiánico líder Abimael Guzmán, en septiembre de 1992, Sendero es ahora un grupo aislado y reducido a su enclave del Vrae, donde, sin embargo, mantiene capacidad militar, como lo demostró con la emboscada del pasado jueves.
No se tienen cifras precisas sobre el número de senderistas en la zona, pero las estimaciones señalan que pasaría de los 300 hombres armados. “En 2006 se calculaba que había unos 350 senderistas armados, pero creo que han crecido en los últimos años”, señala el sociólogo Jaime Antezana, experto en temas de violencia y narcotráfico. “Sendero Luminoso se ha convertido en una estructura armada articulada al narcotráfico. Los senderistas protegen el transporte de la droga, controlan las rutas del narcotráfico”, asegura Antezana.
En agosto de 2008, el gobierno de Alan García lanzó una operación militar, denominada Operación Excelencia, para buscar derrotar a Sendero en el Vrae. Los militares tomaron algunos poblados claves del Vrae; como Vizcatán, centro neurálgico del valle y de Sendero Luminoso, pero está lejos de haber logrado una victoria sobre Sendero y el narcotráfico. Por el contrario, diversos analistas coinciden en asegurar que la última emboscada ha puesto en evidencia que la Operación Excelencia ha fracasado. El Gobierno niega su fracaso y asegura que el senderismo está dando “manotazos de ahogado” con ataques como el del Jueves Santo. Sin embargo, las cifras de la Operación Excelencia son contundentes: hay unos 40 militares muertos en distintas emboscadas, pero hasta ahora no hay ningún senderista detenido ni muerto. “Los senderistas se llevan a sus muertos, por eso no se puede hacer un conteo de cuántas bajas han tenido”, ha dicho el ministro de Defensa, Antero Flores Aráoz, intentando responder a los cuestionamientos a su gestión. Pero luego de la última emboscada, el Gobierno tiene cada vez más problemas para ocultar su fracaso en el Vrae.
fuente: Página 12